Siguen las manifestaciones de la asociación de victimas del accidente Metro Valencia 2006
Los valencianos vuelven a salir a la calle contra Metro Valencia
Esperando a que los políticos actúen y dejen de encubrir a sus amigos directivos y demás «colegas oficiales». El cuento se repite, la historia de siempre, el pueblo exige explicaciones sobre X y los de arriba no hacen ni caso. Si tiras un cóctel molotov contra «el político culpable» te arrestan y vas a la cárcel -vale, a día de hoy también te aplaudirían un par de millones de españoles, espero- pero sigues yendo a la cárcel. ¿Un poco injusto, no? Probablemente digas «que dice este loco…» pero… ¿qué pensarías si tu pareja a la que tanto amas, o tu madre, o tus hijos volviendo del colegio, hubieran muerto en aquel accidente del metro de Valencia en 2006? Y que encima mientras tanto los responsables no es que hayan sido metidos en un vagon con las mismas pocas medidas de seguridad y a 250kmh por unas vías que dan a un puente a 700 metros de altura con las vias rotas a la mitad, sino que encima siguen en sus puestos, tan panchos, tan campechanos como si nada (eso sí, cobrando sus +6000€ mensuales mínimo y Mercedes 2012 de concesionario)
Así se sienten las decenas de familiares victimas del accidente de metro Valencia, y unos cuantos centenares más de valencianos que a pesar de no haber perdido a nadie «físicamente», si sienten que podrían haber perdido a alguien, y que lo que sí están perdiendo es su comunidad -y país- a manos de políticos a los que les da exactamente igual lo que tú opines de ellos, porque saben que aunque te quejes, en las próximas elecciones seguirás votando por ellos, sean los azules o los rojos, porque todos son los mismos. Egoístas que cobran 100 veces más que tú aunque trabajen 100 veces menos que tú.
Si quieres hacer algo por tu país, como rifles de asalto son difíciles de conseguir, al menos como valenciano, español, o ser humano, sal a la calle en la próxima manifestación de la Asociación de Victimas de Metro Valencia, y muestra tu apoyo a quienes intentan el milagro de que los políticos y directivos de este país actúen de manera tan honorable como en Japón, sea pidiendo disculpas públicamente, renunciando a su cargo.